La educación en Chile pasa por una crisis
grande en todos sus niveles. Partiendo por los jardines infantiles, en la
educación parvularia, a los abusos cometidos por personal que labora en ellos,
sin distinción de clase social, se suma que el 58% de ellos no ha sido certificado en calidad por la Junta Nacional
de Jardines Infantiles (Junji). Por otra parte,
cerca de 50 colegios arriesgan su cierre por faltas reiteradas en aspectos
administrativos y de infraestructura. Agregamos las irregularidades en la
educación superior por faltas graves en
la acreditación. Veamos.
Acreditación:
cumplir con los requisitos
En Chile existen 60
universidades. De ellas, según la información vigente en la Comisión Nacional
de Acreditación (CNA), 55 se han presentado para certificarse y, de este total,
cuatro no lograron la acreditación. En los próximos días ingresará al Congreso
un proyecto que busca elevar las exigencias para garantizar la calidad,
eliminando la escala de acreditación actual, que permitía certificaciones por
uno, dos o tres años, con un máximo de siete, por un reconocimiento único de
seis años.
Al realizar el
ejercicio de aplicar esta nueva normativa, sólo ocho cumplirían el requisito
básico, al ostentar una acreditación igual o superior a seis años, pero 16
quedarían muy lejos de alcanzar los criterios exigidos en la futura ley, al
contar con una certificación igual o menor a tres años. Sumando las cuatro
instituciones no acreditadas, se trataría del 36% de las 55 casas de estudio
que han participado en el proceso de certificación.
La experiencia
internacional indica que, aproximadamente, un 25% de las instituciones que se
presentan a procesos de acreditación resultan rechazadas, y que en Chile se da
el fenómeno que asocia bajos años de acreditación a mala calidad en la
institución. En otros países, mala calidad es equivalente a no acreditación, no
a uno, dos o tres años de acreditación.
El ministerio
postulará una acreditación por períodos de seis años tiene que ver con que cuando
se admite a un alumno, se admite por
cuatro, cinco o seis años. Si se está acreditado por uno, dos o tres años,
evidentemente la promesa que se le está dando a ese alumno, de educación de
calidad, no cuadra con el tiempo que tiene que estar en la institución. A lo
que se apunta es a un cambio de comportamiento de las instituciones, que
tendrán que esforzarse para obtener la acreditación de seis años. Hoy no
necesitan esfuerzo, porque el sistema puede darles dos o tres años de
acreditación. Están en una posición, muchas de ellas, relativamente cómoda,
porque con esa acreditación es suficiente para recibir financiamiento para sus
estudiantes.
Para los postulantes,
para el proceso de admisión 1013, aquí van unos datos a tomar en cuenta en sus
futuras matrículas. Las instituciones acreditadas por 7 años son la Universidad
Católica y la Universidad de Chile. Con 6 años están la Universidad Católica de
Valparaíso, la U. Adolfo Ibañez, la U. Austral de Chile, la U. Católica del
Norte, la U. de Concepción y la U. de Santiago de Chile.
Sin acreditación
están la U. Bolivariana, Uniacc, la U. la República y la U. Pedro de Valdivia.
Con un mínimo de 2 años están la U. Arturo Prat, Arcis, U. del Mar, U. del
Pacífico, U. Internacional Sek, la Utem y la U. Ucinf.
El resto de los
planteles están acreditados entre 3 y 5 años.
Comentario
Las estrategias de marketing educacional se
sostienen en la calidad académica de los planes y programas de estudio, de la
calidad los docentes que imparten clases, de la infraestructura y servicios de
punta utilizada en la docencia, etc. para ofrecer a los postulantes una promesa
que se soporte en la veracidad de lo que se cuenta en la comunicación
publicitaria. Pero, muchas instituciones parecen no entender que lo único que
avala la retención y la recomendación por parte de sus alumnos es ofrecer un
producto académico de calidad y acorde con las necesidades actuales del mercado.
Ahí se comienza a gestar un plan estratégico para que sea efectivo y genere los
resultados esperados. Hacer publicidad con mensajes que dicen la verdad a
medias, en el largo plazo, es el peor recurso si se quiere intentar consolidar
una marca educacional de prestigio.
Fuente: CNA
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