Ya no hay productos o servicios
educacionales malos, porque todos son generalmente buenos. El liderazgo y la
gestión estratégica son más importantes que nunca en la educación. En el
futuro, habrá dos clases de instituciones educacionales: las rápidas y las
muertas. Quienes no sean rápidas, serán olvidadas. El nuevo campo de batalla
educativo competitivo se encuentra en la garantía al alumno, en el servicio pre
y post matrícula, en la imagen y en la oferta de financiación.
Ahora los negocios educacionales con
éxito se construyen sobre emociones, relaciones, contactos con los jóvenes y no
sobre productos o servicios educativos. Necesitamos ser inusuales. Necesitamos
ser diferentes. Necesitamos ser
innovadores. Necesitamos ser
impredecibles.
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