El fenómeno llegó hace
menos de un mes a las universidades. A los colegios, hace dos semanas. Hoy, de las 56
universidades de Chile, hay 44 que tienen páginas en Facebook creadas por
alumnos bajo el título “Confesiones” (y el nombre de la universidad a la que
pertenecen). Escriben de lo que quieren.
Comenzó en octubre
del año pasado en las universidades europeas y en febrero ya estaba en las de
Estados Unidos, la Universidad de Wisconsin-Madison, Harvard incluida. A Chile
llegó a fines de abril y esta semana comenzaron a sumarse los colegios, que
partieron creando sus propias páginas. Si alguien quiere publicar una confesión
tiene que escribir lo que quiere hacer público en un formulario creado por los
administradores (anónimos) quiénes hacen de “filtro” respecto de lo que se
publica o no.
Esto escriben los
alumnos en “Confesiones”:
“Confieso que veo
confesiones Uandes para ver si sale mi nombre por alguna parte #Forever
alone#”.
“Odio que en la u sea
tan difícil tomar, fumar y tener sexo, seríamos mucho más felices si tuviéramos
más libertad!”.
“Confieso que estoy
chata de unos ñoños que ocupan la mesa del casino de R3 para jugar con sus psv
o computadores y todo el rato hablan de que pasaron el nivel y no sé que, están
ahí todos los días ocupando como 2 mesas, nisiquiera comen, juegan todo el rato
!”.
“Confieso que hay una
mina que anda detrás mío, soy su amigo y todo, pero no me gustaaaaaaaaaa, es
más fea que pegarle a la mamá y nosé que wea hacer le tiro tallas pesas, la
dejo hablando sola, pero sigue webiandomeeeeeeeee, algún consejito cabros?
“Confieso que creo
que el 80% de las cosas que se escriben aquí son mentiras, pero igual las leo
porque me cago de la risa”.
“Confieso que tengo
22 años y soy virgen y me importa un p... que me digan “oye, yapo y cuándo?!”
Aún espero a mi negro sensual que me azote!”.
“Confieso que anoche
bailé con mi ex en bar Arena, hoy me llama diciéndome que el pololo la mandó a
la chucha... la hice!!!”.
“Confieso que mi
pololo no me pesca, me trata mal, no me llama ni me manda mensajes, y cuando
converso con él me trata mal. No puedo terminar con él porque tengo pocos
amigos(as) y si termino quedaría muy sola...”.
“Confieso que dejé embarazada
a una compañera, nadie lo sabe, excepto yo y ella y no sabemos qué hacer... no
quiero dejar los estudios por andar embarazando pendejas”.
“Confieso que el
sábado vi a la mina que me gusta carreteando y más curaa que la mierda, y en
ese momento dije... No, no me la voi a agarrar para hacer las cosas bien. Hoy
pienso... me aweoné”.
“Confieso que me
tiene babeao una mina de agronomía, Antonella, debe ser una diosa afrodisiaca
.... Pero es mucha carne para tan chico y poco gato que soy”.
“Confieso que odio a todos los abajistas del
JGM, específicamente de Filo y humanidades; se creen pobres o proletarios y se
les nota en la forma de hablar que nacieron en cuna de oro, algunos estacionan
el auto afuera para que nadie cache que ni cagando toman micro, y encima se
gastan un dinero absurdo en copete y marihuana, y dicen luchar por la ‘clase
trabajadora?”.
“Confieso que entré a
la UAH esperando que sea una PRIVADA N-O-R-M-A-L con gente de buenos colegios y
buenas familias, con buenos apellidos y centrada en sus estudios... y me
encontré con ustedes;D pero me caen bien xD”.
“Confieso que me
avergüenza que nuestra U tenga un ramo que se llame “Errores de Marx en la
Historia Universal”, sé que la mayoría son fachos y weas, pero más de mil
millones de personas mueren de hambre y el ciudadano promedio vive con 2
dólares per cápita, por lo tanto puedo asimilar que no sería malo que existiera
una clase llamada “errores de aplicación al Neo-liberalismo en el mundo...”.
El fenómeno se
entiende como un espacio de alivio para jóvenes que a veces no tienen con quién
conversar y que en estas páginas encontraron un espacio de desahogo y de
aprobación. Todo el lenguaje va hacia quién es quién en el mundo universitario.
Las descalificaciones son mutuas y la necesidad de reconocimiento también.
Esta generación tiene
una necesidad de ser escuchada desde la insatisfacción, la queja o el
reconocimiento. Son jóvenes que aún no tienen una identidad totalmente
definida. Si en la pubertad esperan sentirse parte de algo, de grupos, después
de los 17 y en adelante necesitan sentir que tienen una identidad distinta a
los otros.
¿Hasta dónde llegarán
estas confesiones o cuánta vida les queda después de que haya pasado la
efervescencia? Nadie sabe, para Europa y Estados Unidos, es un fenómeno demasiado
reciente y que aún no se estudia. Es material de análisis. Parece que la forma de
comunicarse cambió...Cada vez se usa menos hablar.
¿Y cuando comiencen a
confesar a los planteles educacionales?
No hay comentarios:
Publicar un comentario