Se viene la nueva era de "internet de las cosas”… alumnos y profesores siempre conectados.
La incorporación de las tics en la enseñanza y la
tecnología digital en las estrategias de marketing han sido los primeros pasos.
Seguramente el próximo será una institución educacional inteligente. La gran ola
revolucionaria en tecnología impulsará la irrupción de esta tecnología en la
vida cotidiana. El número de objetos (computadores y dispositivos con acceso a
internet) sobrepasó al número de personas en el planeta y para 2020 existirán
50 mil millones de objetos conectados a la web en el mundo.
Tras la llegada de los
smartphones se viene la nueva era de "internet de las cosas". Por
ejemplo: un
mensaje de texto bastó para que usted
llegara a tiempo a la clase de los lunes, un accidente impedía el paso por la calle
que usa todos los días para llegar a su trabajo. La mayoría de los conductores
que siguen esa ruta recibió un mensaje alertando de la situación y ofreciendo,
además, una ruta alterativa. Estas son sólo algunas de las infinitas
posibilidades que ofrece para los próximos años la llamada “internet de las
cosas”.
¿Se imagina que,
además de su teléfono, la tableta o su computador y la mayoría de los objetos
que usa cotidianamente, se conectaran todos a internet?...y también casi todos
los servicios que ofrece la institución educacional donde estudia o trabaja estuvieran conectados gracias a sensores
inteligentes con acceso a la web.
Estacionamientos, el
centro médico donde se atiende, el alumbrado, la biblioteca, el transporte escolar, admisión, datos
académicos y hasta los contenedores para depositar la basura conectados a
internet, envinado información a la nube y generando grandes cantidades de
datos que llegan directamente a su teléfono inteligente, o bien a los diversos
servicios encargados de administrar la institución educacional donde estudia o
trabaja. ¿El resultado? Una verdadera inteligencia colectiva que promete
redefinir la vida en las instituciones educacionales, optimizando el flujo
educativo, ahorrando energía y ofreciendo servicios a la medida. No sólo
estamos hablando de servicios educacionales que pueden ahorrar gran cantidad de
tiempo a los estudiantes o profesores de una organización académica, sino de
tecnologías que hacen más eficiente la infraestructura optimizando el uso de
los recursos.
Uno de los
principales factores que ha cimentado el camino para el desarrollo de estas
tecnologías ha sido la rápida irrupción de los smartphones y el creciente
mercado de las aplicaciones o apps. Gran parte de la experiencia del usuario en
las futuras instituciones educacionales inteligentes se experimentará por estas
vías. En la medida en que los sensores dispuestos en la infraestructura
recolectan información y la envían a la nube, las personas accederán a estos
datos a través de sus tabletas o teléfonos inteligentes. Por ejemplo: sensores en los
estacionamientos, para profesores o estudiantes de manera tal que cuando un
conductor se aproxima a éstos, gracias a una aplicación en su teléfono, sabe
con antelación si tiene o no un lugar disponible para estacionar y en qué parte
específica se encuentra. Una optimización de todos los servicios que entrega
una institución educacional.
El sistema se nutre
de la información que generan los estudiantes o profesores a medida que
interactúan con todos los servicios de la institución. El alumno o profesor
también actúa como si fuese un “sensor” mientras utiliza los servicios educacionales a través de las
aplicaciones móviles. El geoposicionamiento
de los mensajes y los hashtag que generan los usuarios para identificar las
áreas más activas y conocer los gustos y opiniones acerca de los servicios. En
caso de sufrir cualquier emergencia, un alumno
ni siquiera necesitaría llamar a la ambulancia, ya que los sistemas de
detección se activan de manera automática alertando a los servicios de
urgencia o también puede ser para
monitorear sus problemas del sueño. O, incluso, en pastillas que pueden ser
tragadas para recopilar datos sobre la salud del estudiante o profesor y que se
envían directamente al médico.
El mayor potencial es
que esto será posible gracias a la irrupción de la llamada “computación
usable”: la instalación de pequeños chips en diversos accesorios que se usan
cotidianamente, desde relojes hasta pulseras, pasando incluso por la ropa. Podrán
ser incorporados en una gran cantidad de objetos, como ropa inteligente,
dispositivos de realidad aumentada (Google Glass) La “computación usable” permitirá el despegue
de la realidad aumentada con los Google Glass, los lentes inteligentes. Estos
permitirán acceder a una serie de información de la institución en una porción
del campo visual o información para un postulante.
Las aplicaciones
posibles son muchas, gracias al uso de la conexión permanente a internet. Lo que está pasando ahora es que,
finalmente, todas las tecnologías necesarias para hacer de este futuro una
realidad comienzan a converger en un solo punto. Se estima que para 2015, habrá
más smartphones que personas en el mundo. ¿Ahora, le toca el turno a las instituciones
educacionales inteligentes? Me parece que si.
1 comentario:
Está es una realidad que se viene y que está creciendo rápidamente y que tendrán que apurarse las instituciones educativas que aspiran a tener un sistema inteligente con sus clientes ...
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