viernes, 12 de febrero de 2016

Argentina: Imagine English School




Lo que caracteriza a Imagine English School, creado y dirigida en Argentina por la académica emprendedora Laura Perrota, es la utilización de una metodología innovadora para enseñar Inglés a niños, basada en juegos, actividades y vivencias prácticas donde se utiliza el idioma y así los pequeños internalizan el idioma sin necesidad de aburridos textos de estudio. Este método diferente muchas veces no es entendido por los padres, pero una vez que ven los resultados con hijos felices y manejando el idioma se sorprenden y quedan muy satisfechos. Además de niños, ahora se agrega para jóvenes y adultos que estén interesados en el Inglés.  Una experiencia que vale la pena vivir.
Veamos algunos testimonios:

Así es, muy recomendable, mi hija va y vuelve muy feliz de Imagine gracias X el cariño, besos!!!

Te felicito x ayudar en la tarea de hacer a nuestros niños más solidarios y siempre acompañando el crecimiento reforzando valores!!! Felicidades para vos y tu flia! Bs grandes.

Hermoso lo que hicieron.

Siempre con hermosas actividades muy importante "los valores" que hoy en día están dejados de lado felicitaciones!!!

Hermosa enseñanza.

Gracias “ticher” laura por enseñarnos y me encanta estar en la escuela...IMAGINE INGLES te quiero mucho,

Hermoso Lauri!!! Me encanto.

Paloma muy entusiasmada y ansiosa en la competencia.

Gracias gracias x hacer tan felices a los peques.

Hermosa tarde! ! Paloma volvió felizzz!! Muy agradecida!!

Muchas gracias María Laura Perrotta hermoso mi bebé... Ver su carita disfrutar cada momento y a su vez aprendiendo me hace muy feliz.... Muchas gracias.

Las inscripciones para 2016 están abiertas a partir del 22 de febrero en Urquiza 382.






miércoles, 10 de febrero de 2016

Marketing educativo: a mi manera


En primera persona ¿Cómo lo hago?


He decido contar algunas cosas porque a veces es necesario. Saber marketing en general  no significa saber realizar estrategias de marketing educativo. La educación es un mercado tan dinámico y variable que implica manejar complejas variables que afectan su efectividad estratégica, sobre todo por lo que significa dirigir la gestión a un mercado tan complejo como son los jóvenes. ¿Quién realmente conoce bien a los adolescentes de hoy? Por eso me extraña la proliferación de pseudo especialistas en marketing educativo que solo vienen de áreas relacionadas y dictan cátedra creyendo equivocadamente que mencionar un par de términos hacen la diferencia y ya son especialistas. Lo siento, tengo la mala costumbre de llamar las cosas por su nombre.

Personalmente yo empecé en esto en la década de los setenta y durante todos estos años probé, en la realidad,  lo que funciona y lo que no, lo que me llevó a desarrollar modelos de trabajo y todavía creo que no sé lo suficiente en el tema, por lo que sigo actualizándome permanentemente, por eso me extraña que profesionales con pocos años de experiencia crean que ya saben lo suficiente porque leyeron un par de libros o siguieron un curso. En mi caso cada día reviso lo que pasa en el mundo respecto a las tendencias más importantes en educación, en marketing, también en redes sociales analizando permanentemente las preferencias que mueven a los jóvenes, para de esa manera, poder elaborar estrategias consistentes y ser efectivo al momento de ver resultados de captación de postulantes y retención de alumnos.

¿Cómo realizo mi trabajo estratégico?

Aprovecho de contar brevemente mis procedimientos de gestión estratégica en una institución académica. Si es presencial  lo primero que hago en los primeros días es “dar vueltas” por la institución primero solo, donde converso con alumnos, profesores, porteros, guardias, gente del casino, etc. y me formo mi propia opinión, allí detecto las fortalezas y debilidades para de ese modo definir los atributos de los productos y servicios educativos para convertirlos en el beneficio diferenciador que recibirán los jóvenes o sus padres (son dos estrategias distintas). Después realizo lo mismo acompañado por las autoridades, mostrándoles lo que vi como observador externo y absolutamente objetivo. La tarea más difícil es convencerlos que su visión de la institución es diferente a la de los alumnos o postulantes y que la estrategia se centra en ellos.

Cada país tiene jóvenes con idiosincrasias diferentes por lo tanto realizo un trabajo previo de investigación de los “insights”  del mercado potencial, por lo tanto, ya tengo una visión anterior acerca de lo que me puedo encontrar; también de los medios on line y off line que usan, porque en cada nación es diferente. Y por supuesto, ya conozco al detalle lo que está haciendo la competencia.

Es importante mencionar que realizo reuniones con el equipo académico, personas claves. El primer llamado es al vicerrector académico para que me presente su plan estratégico académico. ¿Por qué? Por qué él es quién fabrica el producto académico que “hay que vender”. La calidad de lo que se enseña. Y si no lo tiene claro…

Enseguida me reúno con el equipo de marketing (los que fabrican la marca) para conocer su propia visión y ver que están realizando y como lo hicieron. Analizar que hicieron bien y mal y ver inmediatamente las correcciones y cambios. Conociendo todo, elaboro mi briefing y les explico de qué se trata lo que hay que hacer. Por otra parte, les dicto charlas de marketing educativo de cómo se gestiona admisión y servicio al alumno para dejarlos actualizados. La idea es sacarlos de su zona de confort y presionarlos porque habitualmente realizan su trabajo de manera mecánica. En conjunto, planificamos la gestión de corto, mediano y largo plazo y nos ponemos a trabajar “con realidades”, en un timing de trabajo muy acotado y preciso. Nada de teorías. En esta parte del trabajo es muy importante darle “un estilo de juego”, como yo le llamo, donde sólo podrán participan las personas que responden al estilo de lo que hay que hacer. La única manera de lograr el éxito de una institución es tener el personal adecuado para llevar a cabo el proyecto estratégico de acuerdo al estilo y orientación de la institución.

¿Por qué cuento esto?

Porque mis ventajas comparativas no se pueden copiar: la forma en que pienso las estrategias. Tengo capacidad de mirada macro, es decir, visión general de la realidad institucional, no me distraigo en detalles que no tienen importancia, capacidad de mirar más allá, de ver en el tiempo y el espacio y así mis estrategias son variables a la realidad que encuentro. La versatilidad y adaptación es importante en lo que hago, todo lo observo como si fuera un postulante o un alumno, en ese momento no soy yo, preguntándome: ¿Qué sentiría un joven? Nunca una institución es igual a otra y eso condiciona mi forma de trabajar. Trato de hacer simple lo difícil, trabajo con inteligencia, voy de idea en idea porque es muy importante mucha inquietud y curiosidad A eso le agrego constancia siendo muy incisivo pero con mucha  capacidad de comunicar. Un aspecto a destacar es el conocimiento práctico de publicidad, comunicación, cine, televisión, diseño gráfico, realización de eventos, uso de redes sociales, experiencia en música, etc. también una larga historia académica y como director de escuelas de publicidad. Por lo tanto puedo realizar en la práctica lo que estoy explicando y haciendo

En este trabajo  creo liderazgos y capacidad de emprendimiento. Siempre con una base creativa para motivar a los grupos, comandar eficientemente equipos de trabajo. Una clave es saber identificar y resolver los problemas, lo que no es fácil, y ser autónomo para tomar decisiones. En este punto es importante mencionar que yo asumo el control total de la gestión de marketing y digo la última palabra, asumiendo el éxito o el fracaso. Si en la institución no me hacen caso yo dejo el proyecto. Las asesorías on line forman parte de la continuidad de mi trabajo y eso implica estar siempre en contacto con los especialistas de marketing de la institución académica durante el período posterior para supervisión de lo que se está haciendo.

Los seminarios no es solamente hablar.

Como premisa fundamental de mis seminarios está el hecho de que nunca hablo de algo que no conozco. Todas mis exposiciones tienen como fundamento la experiencia concreta. ¿Y cómo me preparo para una charla? No me preparo, porque hablo de lo que sé. Solamente la necesidad de estar lúcido y actualizado, como lo mencioné anteriormente. Dictar un buen seminario no solamente tiene que ver con los contenidos sino también con la mente y el cuerpo. Para eso es necesario siempre “vitaminizar” y abrir el cerebro, consumir comida sana y sesiones de entrenamiento físico tres veces por semana, porque sólo de esa manera se puede entregar lo mejor.  Eso da resultado en desplazamientos, agilidad en las presentaciones y claridad en la exposición. No es solamente llegar a pararse delante de un auditorio, creo sinceramente en la preparación personal previa a la exposición. Es una suma de varios factores, incluido no aburrir a la audiencia con “charlas ladrillo” o con términos rebuscados que el auditorio jamás podrá transpolar a su realidad.

Como decía al comienzo, me extraña la proliferación de tantos “asesores de marketing educativo” hablando de esto. Una cosa es saber y otra tratar de subirse a un tema puesto de moda.

Finalmente, ¿Soy insoportable haciendo lo que hago?. Si, lo soy, y muchos dan fe de eso…posiblemente se deba a que conozco mi trabajo.

A mi manera.

jueves, 4 de febrero de 2016

“No tuvimos las matriculas esperadas”…





 
Imagen real de una universidad chilena en 2016. Nadie. Marca desprestigiada.
Es la frase que nunca quisiera escuchar  el área de marketing de una institución educativa. Después de esa hay otra igual de dramática: “damas y caballeros, tuvimos mucha deserción este año”. Ambas son el resultado de hacer solamente “lo que hay que hacer”, es decir, cumplir con los justo y necesario aquello que dicen los manuales de marketing, lo que no siempre garantiza el éxito. Todas las estrategias de marketing, incluidas las de las instituciones de educación, se miden en resultados numéricos: cuantos se matricularon y cuantos se fueron. No existe otra verdad. No valen las campañas lindas que les gustaron a las autoridades ni tampoco las explicaciones, generalmente, explicando lo inexplicable. Todas las estrategias de marketing educativo son un “cheque a fecha” que tiene fecha de vencimiento. Después de eso no hay justificación. Se cumplieron las metas fijadas o no.

La admisión y matrícula es un proceso del próximo año que comienza cuando comienza el año educativo de este año y no cuando todos hacen campañas publicitarias y están compitiendo por la misma torta de mercado. Muchas instituciones se dejan llevar por hacer avisos que parecen muy entretenidos que no motivan ni persuaden a nadie o simplemente son “ladrillos informativos” que no dan ganas de ver ni leer.

Toda estrategia se fundamenta y parte de tres aspectos basales: calidad académica de alto nivel (hay que tenerla a como dé lugar), el posicionamiento de la marca educativa en el mercado (tarea esencial) y el prestigio construido en años de trabajo (lo da el tiempo siendo consistente) porque los alumnos se matriculan en “lo que conocen” y les da seguridad. Evalúan precio + calidad + reconocimiento. Esos tres puntos son claves en la generación de matrícula (también puede ser dañada por una mala gestión educativa y estratégica)  lo que significa que esto es lo primero que el marketing educativo tiene que verificar para saber si van a competir con posibilidades o van a entrar en una guerra “uno a uno” con las otras instituciones, haciendo avisos con ideas buenas y malas y cambiantes, lo que casi nunca resulta bien.

Una vez verificado lo anterior, lo más importante, es encontrar un concepto apropiado a los atributos principales de la institución y traducirlos en beneficios para el postulante. Ese concepto hay mantenerlo en el tiempo con variaciones estratégicas para cada año, adecuándolo al target de jóvenes y al siempre cambiante mercado de la educación. En este aspecto hay que considerar que todos los años son distintos. Lo que sirvió una vez puede que el próximo año no sirva y hay que adaptarse al cambio.

A partir desde ahí se comienzan a aplicar la situación estratégica definiendo la gestión del área de admisión, las variables de relación y contacto con los jóvenes y/o sus padres, controlar la calidad de los productos y servicios educativos, definir con precisión las acciones tácticas a realizar  y precisar cómo será el mix de comunicación y publicidad basado en una diferenciación que sea memorable para el mercado. Y, por supuesto,  nunca olvidar que ese mercado son adolescentes que viven una vida cambiante, dinámica, y tecnológica con los cuáles hay que conectarse a como dé lugar para que decidan  “hacer el honor de visitar” la institución.

Con un trabajo de marketing coordinado y sinérgico en todas sus variables es posible tener alguna posibilidad de éxito haciendo “más de lo que hay que hacer” y que va más allá de  la zona de confort del escritorio. Los directivos (culpables de muchas cosas) le seguirán diciendo: “No tuvimos las matrículas esperadas”…y ya sabe lo que eso significa para un profesional que no cumple las metas.

El marketing educativo no es “el juego de los avisos” o sino todas las instituciones tendrían sus planteles llenos y no es así. El marketing educativo no funciona como cualquier forma de marketing aunque algunos se empecinan en aplicar y “predicar las archiconocidas recetas teóricas” Ya sabemos lo que pasa.