La Generación Z es un nombre utilizado
para hacer referencia a la cohorte de personas nacidas después de la generación
del milenio. Su origen comienza en los nacidos desde el año 1993, por lo tanto,
esta generación post-milenio se compone actualmente de adolescentes y niños que
están estudiando actualmente en los colegios y universidades. Son aquellos que
nacieron conectados.
Con muy poca edad los niños actuales ya saben
usar el computador, configurar un teléfono celular o postear en las redes
sociales. Surgen las siguientes preguntas: ¿Hay coincidencia en la mirada de
los escolares y quiénes están encargados de formarlos? ¿Cuál es el nivel de
manejo y actualización en el uso de tecnologías por parte de los
establecimientos educacionales? Algo está claro, existe una brecha entre los
alumnos y los adultos a cargo.
Veamos. En la encuesta realizada por
TrenDigital, en Chile, más de un 70% de los directores de colegio dijeron que
tenían un buen manejo y conocimiento sobre internet y tecnologías y más de la mitad explicó que no había tenido
ninguna capacitación en el último año. Pasar de lo analógico, donde crecieron
los docentes, a uno digital, no es fácil para ellos.
En el uso de las tecnologías las relaciones se
horizontalizan, profesores, alumnos y padres quedan al mismo nivel en un
diálogo sin jerarquías. Los encargados de convivencia escolar manifestaron que
el 36% de los conflictos ocurridos por el uso de redes sociales son entre apoderados, un 22% entre
estudiantes y profesores y un 21% entre estudiantes y apoderados. Un 87.6% de
los encargados de convivencia aceptaron que el uso de tecnologías ha provocado
problemas.
Algunos datos: el 46% de los directores no
conoce Spotify, un 76.1% no conoce Kiwi, un 47.1% no sabe de Line, un 71.6% no
sabe de Telegram, un 66.2% no conoce Snapchat y un 69.2% no conoce Tumblr, por
ejemplo. Lo que más conocen son YouTube, WhatsApp, Facebook y Twitter (sólo un
23% lo usa). Algo queda claro, si surge alguna nueva plataforma que los niños y
jóvenes adoptan rápidamente, los adultos quedan inmediatamente atrasados porque
la actualización en lenta, a diferencia de sus alumnos. Generalmente los
colegios usan Facebook (21.5%), WhatsApp grupal (10,2%) y personal (7.6%),
e-mail (30.3%) reconocidos como oficiales para informar a los apoderados.
Igualmente las cifras no son muy altas.
Los datos sobre problemas por el uso de redes
sociales como WhatsApp o Facebook son de
un 48,2 % contra un 51.8% por el no. Los fenómenos on line más frecuentes son filtración
sin consentimiento de imágenes íntimas (12%), intimidación o amenazas entre
estudiantes en redes sociales (45%), exclusión de alguien de la clases en redes
sociales (37%), burlas y bromas mal intencionadas (39%).
Entre los problemas que se crean en las
instituciones educativas es que los estudiantes ocupan sus celulares durante
horas de clases (incluso para copiar en caso de pruebas); también revisar
contenidos inapropiados en computadores del colegio; violar normas de seguridad
en internet y dispositivos en general; se inmiscuyen en la vida privada de
profesores en chat o redes sociales y
los apoderados hacen lo mismo, etc.
Lo que está muy claro que es imposible
desconectarlos, porque es la forma en que ellos se relacionan. No comprenden
que el mundo on line no es una realidad paralela y que las cosas que ahí se
hacen tienen consecuencia en el mundo real. La presencia y uso de las nuevas
tecnologías ya no se puede evitar, por lo tanto es necesario crear instancias
que enseñen a utilizarlas y conocer el impacto y alcance que tienen en la vida
real. Las instituciones educativas, sus directores y profesores deben correr
más rápido para alcanzar a los alumnos en esta carrera tecnológica o serán
sobrepasados.