lunes, 13 de enero de 2014

¿Y los colegios de tanto renombre y fama dónde están?


Sólo 11 colegios logran que todos sus alumnos sean seleccionados en una de las 33 universidades.

 

Dos colegios subvencionados y nueve particulares pagados lograron, en este último proceso de admisión, que todos sus estudiantes fueran convocados por una de las 33 universidades del Sistema Unico de Admisión. El estudio de la UCV reveló, por otra parte, que hay otros 525 colegios, con una matrícula de más de nueve mil estudiantes, que no tuvieron a ninguno de sus alumnos seleccionados en las universidades tradicionales ni tampoco en las ocho privadas adscritas al sistema PSU. La mayoría de esos establecimientos son municipales, particulares subvencionados o bien de modalidad técnica- profesional.





Chile: ¿Educación superior a medias?



Después del escándalo por presuntas irregularidades en la acreditación de universidades y en medio de un reordenamiento presidido por el señor Matko Koljatic, Presidente de la CNA (Comisión Nacional de Acreditación), en una entrevista en el diario La Tercera, dijo que “el 20% de las instituciones que se presentaron no fueron acreditadas”.

“Hace varios años que el tema de la calidad de la educación es prioritario. Y lo que la CNA entiende por calidad es el cumplimiento de ciertos criterios educacionales. Implica que un alumno entre a una carrera, permanezca, la termine en un tiempo razonable y encuentre un trabajo en el área que estudió. Eso para mí es calidad. Entonces, si se toman indicadores como abandono temprano, tasa de titulación, lo que se está midiendo es calidad. Es más fácil medir calidad así que hacerlo sobre la base de observaciones subjetivas.

También afirmó algo que representa como se hacen las cosas en Chile, y no solo en educación sino que en muchas otras cosas,” a medias” o “lo que se pueda”: "Si usáramos los estándares que se aplican en Estados Unidos, no se acredita nadie". 

El sistema de certificación de Estados Unidos. ¿Cómo funciona?

“Ellos tienen estándares, que es distinto a lo que tenemos nosotros, que son criterios. Cuando ellos hablan de estándares, es algo mucho más exigente. Por ejemplo, para acreditar una escuela “docente”, ésta tiene que tener un profesor full time por cada 400 horas de clases de alumno, que se traduce en un profesor por cada 40 alumnos. Las universidades chilenas que cumplen ese estándar son poquísimas. Hay estándares en cuanto a volúmenes que debe tener la biblioteca por alumno, de qué tamaño deben ser las salas de clase, de cuántos alumnos pueden caber. Hay estándares de laboratorios. En Estados Unidos, si no cumples, no te acreditan”.

“Cuando se pasó la Ley 20.129 (de Aseguramiento de Calidad), hubo una larga discusión de si se implantaban o no estándares, y justamente, por lo inmaduro del sistema, decidieron no implantarlos. Porque si usáramos los estándares que se aplican en Estados Unidos, no se acredita nadie.”

¿De qué estamos hablando con esa afirmación? ¡De qué la educación superior chilena es mediocre? ¿Qué acreditan lo que se pueda porque si no en Chile no habría educación superior?  O sea toda la publicidad que habla de excelencia académica no corresponde a una excelencia de verdad?

¿Excelencia académica y control de calidad hasta “por ahí nomás”? Acreditación  a medias, a la chilena.

lunes, 6 de enero de 2014

Marketing Educacional ¿Cuál es el límite?



En Chile  pocas instituciones educacionales mencionan la calidad académica en sus estrategias. Mayoritariamente en la publicidad, en esta época de postulaciones y matrículas, es posible ver como los argumentos principales son la gestión financiera y una innumerable lista de carreras. Poco o casi nada  se dice de un proyecto académico sólido que respalde lo anterior, argumento fundamental en una estrategia de marketing. Quizás en el corto plazo resulte efectivo pero también después incide en los altos niveles de deserción. Las institucionales educacionales se construyen en el tiempo.

Por ejemplo, a un postulante chileno, de alto puntaje en PSU, le ofrecieron una beca completa y un viaje de intercambio o continuar estudios en el extranjero una vez finalizada su carrera. A otro joven  le ofrecieron a costo cero la carrera que quisiera y un notebook. Miles de alumnos fueron objetivo de estos beneficios. Pero para ser justos, en una universidad privada, a un postulante, profesores y alumnos le explicaron a él y sus padres los detalles de la malla curricular y las posibilidades de financiamiento, en ese orden.   La tendencia de atraer a los mejores alumnos a través de distintas ayudas estudiantiles también ha comenzado a ser una política entre las instituciones más tradicionales.

Es una forma de atraer a los jóvenes destacados, porque a todas las universidades les conviene tener entre sus ingresos buenos puntajes en la PSU. Esto se explica por el AFI (Aporte Fiscal Indirecto) que es el aporte que hace el estado hacia las instituciones que hayan matriculado a los mejores. Me parece que no es positivo que se den estas conductas en las universidades porque se mercantiliza el sistema y lleva a las instituciones a comportarse como un mercado de la educación y a ofrecer productos ajenos al proyecto educativo. En mi opinión el marketing educacional debe estar basado solamente en la gestión académica. Ese es el producto que se ofrece al mercado.

Cualquier institución no da lo mismo

En cualquier país, el joven postulante antes de tomar una decisión de donde matricularse, es importante que considere algunos factores, porque no existe una relación directa entre beneficios financieros y calidad académica. Son dos cosas distintas. Los factores más importantes para realizar una elección acertada son los siguientes:

Verificar la Acreditación, que certifica el cumplimiento de un proyecto educativo, junto con la existencia y aplicación de mecanismos de autorregulación y aseguramiento de la calidad. Este año a muchas instituciones que “parecían prestigiosas” no le renovaron la acreditación y otras que postulaban no lo recibieron.

Fijarse en la Malla Curricular, porque una misma carrera puede tener un enfoque más teórico o práctico, así como presentar mayor o menor flexibilidad en cursos electivos.

Tomar en cuenta los Aranceles, porque el valor de una carrera puede cambiar entre una institución y otra. Lo mismo rige para la matrícula que se paga al comenzar el año académico.

Conocer las Instalaciones e Infraestructura y recorrer la institución para conocer las bibliotecas, las salas de estudio, de computación, instalaciones y áreas deportivas, etc. Los videos y fotos no siempre reflejan la realidad.

Tener conocimiento sobre Empleabilidad y Remuneraciones ya que una misma carrera puede tener indicadores diferentes según la institución de la que egresó.

Estos factores mencionados no sólo deben importantes para un postulante sino que también  deberían ser el eje de una estrategia de marketing seria y responsable, porque una carrera no es sólo una decisión de vida, sino también una inversión.

¿Igualdad? en la educación


Todos los estudiantes no tienen las mismas CAPACIDADES...

Respecto a la igualdad en la educación en Chile, tan comentada y prometida por políticos populistas, el sociólogo Fernando Villegas  escribió un acertado artículo, en el diario La Tercera, sobre el colapso de la educación chilena y en unos párrafos se refiere al tema de la equidad:

“…se pregunta uno de dónde surge el afán por poner en primer plano la “equidad” en términos del origen social de quienes entran o pueden entrar a nuestras universidades, en vez de, como sería propio, entender la equidad como la debida correspondencia entre capacidad intelectual y los estudios pretendidos. ¿Es equitativo que entre “a estudiar” un joven de escasa inteligencia solo porque es pobre? ¿Y es inequitativo que lo haga quien sí es brillante, pero hijo de rico? ¿No debiera el país preocuparse de que TODOS los inteligentes – pobres o ricos – puedan estudiar en la universidad, en vez de que todos, capaces o no, tengan DERECHO a hacerlo? La equidad debiera ser entendida como el dar oportunidades de crecimiento a los que lo merecen, NO como la igualdad que resulta de aplanar las diferencias rebajando el peso específico de la capacidad de unos y elevando artificialmente las opciones de otros. Tienta suponer que observamos aquí – como sucede en muchos ámbitos de la vida – la operación subconsciente de un resquemor visceral contra toda jerarquía y excelencia, considerándosela automáticamente como injusta o fruto de la injusticia, como intolerable y digna de ser combatida.”

Agrega: “Por eso hoy, como ya lo dijimos, no hay, literalmente, educación en Chile. No está en crisis, sino en colapso. Está muerta. Lo está si hacemos abstracción de las pequeñas minorías que si estudian en serio y se convierten en profesionales eficientes, pero en cambio consideramos lo que hace o no hace por el educando medio, el común y corriente, el más sensible al régimen de estudio imperante, el que constituye la masa mayoritaria que debiera ser bien entrenada para ocupar las posiciones que el país necesita. Para este último alumno no hay educación porque no hay profesores adecuados, no hay currículo que demande esfuerzos y no hay una cultura familiar y social que incentive. Equidad es lo que sobra en Chile, pero es de la igualación hacia abajo, la del igualitario y triunfal culto al carrete (Nota: fiesta) y el facilismo. Pronto, lo pronostico, hasta la ya simplificada PSU (Nota: Prueba de Selección Universitaria) parecerá una inaceptable maquinación facista.”

Totalmente de acuerdo con lo escrito por el profesional.