
Los alumnos no son sólo buscan productos educacionales, sino verdaderas experiencias en la institución que les provean de sensaciones y recuerdos que les resulten interesantes e innovadores. Quizás esto explique porqué algunas instituciones con productos educativos regulares y atención mediocre tienen de todos modos una buena aceptación.
Una institución educacional no solo debe ofrecer productos y servicios educativos, eso lo hacen todas, sino diseñar y crear gratas y novedosas experiencia positivas que superen las expectativas y que además les dejen "algo especial" al alumno. Un recuerdo para siempre, que comentará a otros.
Los servicios educacionales deben ser, para el alumno, como vivir una película participando de las escenas creadas y planeadas a través del mismo establecimiento, escenificado con la ambientación, los muebles, las luces, el equipamiento, la infraestructura etc. Un escenario en el que serán puestos los actores, académicos y personal, que interactúan con ellos, quiénes tienen un guión, y saben cómo deben interpretarlo, así también es importante que sepan qué clase de experiencias deben fabricar para sus clientes-usuarios-alumnos de modo de asegurar no sólo una satisfacción sino, de que sus experiencias sean verdaderamente inteligentes y legendarias.
No hay servicio educativo sin acción. Todo servicio educacional implica una experiencia.
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