Cuesta
mucho tomar decisiones estratégicas y es difícil tomar decisiones fácilmente
cuando se trata de personas. Los esfuerzos del marketing educativo tienen el
objetivo de explorar nuevos caminos para persuadir a los jóvenes: debemos
conocerlos para saber cómo satisfacer sus anhelos internos, seducirlos a través
de impactantes historias que llamen su atención, analizar el mundo de los
jóvenes desde la perspectiva de la humanización de las instituciones
educativas, proyectar sensaciones, pensar en necesidades, expectativas,
frustraciones, para generar satisfacciones racionales y emocionales a nivel
consciente e inconsciente y que sean capaces de convertir los sueños del joven
y sus padres en realidad.
Los jóvenes
encuentran que el mercado educacional les satura con cientos de instituciones y
propuestas similares, mientras ellos quieren que las marcas educativas les
entreguen cosas especiales, mágicas, ilusionantes. La diferenciación entre las
instituciones académicas se logra a través de los sentimientos, logrando conexiones que hagan sentir confianza
en esa marca que merece ser elegida por los valores que le genera al joven.
La marca educativa debe enamorar a los
postulantes, inspirar y hacerle participar de sus emociones más profundas y que
estén presentes en el momento de la
elección. Por ello, las emociones deben ser la principal preocupación de las
instituciones educacionales.
La marca
educativa de una institución debe estar llena de vida, sentido y contenido para
el joven postulante. El mensaje debe ganar en notoriedad, veracidad, relevancia
y persuasión a los ojos del joven, generar
percepciones, imágenes, experiencias y verdades subjetivas asociadas con la institución o con su marca. Una mezcla de
componentes racionales e inconscientes, reales e imaginados, vividos y
proyectados, enraizados en los componentes afectivos del joven. Aspectos
psicológicos latentes que se tienen que activar a través de los mensajes;
despertar sentimientos con la marca educativa.
¿Qué asociaciones se pueden atribuir a una organización educacional? ¿Qué
experimenta el postulante cuando entra en contacto con una determinada marca educativa?
¿Qué les gustaría oír a las marcas educativas por parte de los jóvenes?
Los sueños que son capaces de despertar en ellos. La seducción y las emociones
están estrechamente ligadas a la hora de crear instituciones educacionales con
éxito. Una buena historia que coloca a la institución en una posición donde se
reconoce y se identifica. Entonces, algo
se despierta en el interior del joven. Una historia bien contada debe despertar
los estímulos que permitan recordar los mensajes para lograr una actitud
adecuada y animar al joven a conocer la institución. Las marcas educativas que
consiguen enamorar se quedan en el recuerdo del joven objeto de esa
comunicación. Conectar con esas emociones escondidas y latentes que los jóvenes
están dispuestos a despertar ante las propuestas de marketing que mejor
expresan sus sueños de futuro.
¿Cómo trabajar
una estrategia? Con un estado mental básicamente creativo e intuitivo, más que
racional. Percibir, sentir, intuir, crear. Dejar de estar sentados en el escritorio y
dejar de ser nosotros. Convertirnos en
postulantes y dejar que ocurran las cosas que ocurrirían como si se estuviera en
un proceso de postulaciones. Como siempre, en las estrategias no hay
nada escrito, ni fórmulas de aplicaciones obligatorias o exclusivas. Hay que pensar, hay
que inventar, en cada caso, lo eficiente o lo inesperado que pueda dar una ventaja competitiva sobre la competencia y
contarla como beneficio propio y
personal.
Eso es lo que
trata de resolver el marketing educacional. No piense solamente en la estrategia...enfóquese en las experiencias de
los jóvenes, ellos le darán las respuestas.
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